miércoles, 29 de octubre de 2014

Sueño de una noche apasionada



Los días que tú me diste, fueron suaves melodías
Para mis ojos sin brillo, para mi cuerpo con frío.
Y entre sábanas de lino, que secaban el sudor,
Nos fuimos conociendo , nos dimos al amor…

La aventura que emprendimos, no tenía rumbo fijo,
No tenía pensamientos, solo el placer de sentir,
Solo tu miel en mis labios,
Solo mi olor en tu piel.

Las agujas del reloj, aprendieron a marcar
el tiempo con los latidos fuertes de tu corazón.
Y se dieron a la fuga las horas y los minutos,
Que no entendían el ritmo tan tuyo, tan mío, tan nuestro…

El silencio se llenó de gemidos excitados,
De caricias sublinguales,
De sonrisas entregadas al deseo sin control
y los cuerpos enlazados a la magia de este amor.

Todo me diste, todo te di,
Lo que más añorabas, lo que nunca sentí,
Y ahora que estás tan lejos, yo quisiera regresar
Al punto exacto donde tu cuerpo, hizo que el mío,
Volviera otra vez a amar…



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