Es una lástima que no estés conmigo 

cuando miro el reloj y son las cuatro 

y acabo la planilla y pienso diez minutos 

y estiro las piernas como todas las tardes 

y hago así con los hombros para aflojar la espalda 

y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo 

cuando miro el reloj y son las cinco 

y soy una manija que calcula intereses 

o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas 

o un oído que escucha como ladra el teléfono 

o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo 

cuando miro el reloj y son las seis. 

Podrías acercarte de sorpresa 

y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos 

yo con la mancha roja de tus labios 

tú con el tizne azul de mi carbónico.

ANOCHE

Anoche entre sueños vislumbre tu piel,
con infinita ternura acoplé tu boca a la mía,
acerqué tu pecho al mío,
fuimos uno por en ese instante,

gocé de tu avidez y mi locura,
horadé tu piel con la mía,
tus jadeos, mis gemidos,
nuestras caricias se hicieron una en húmeda sinfonía .

Llegó la humedad y el silencio, el mundo se perdió,
creamos otro, donde no existe el tiempo,
donde los te quiero vagan en tu boca,
donde las manos se aprietan con ternura, con fuerza y con cariño,
como si jamás.

Tus ojos que son míos reflejan el todo,
nuestros cuerpos bañados de sudores agitados,
convulsiones y estertores nos mantienen apretados,
llega el dormir y soñar, y eso sigue en el aire por tiempos y tempos