Para vos, estés donde esté...

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

✫⊰ ⊰✿⊱ ⊰✿⊱ ⊰

Julio Cortázar, de Salvo el crepúsculo, 31/12/1951

Muchos de nosotros luchamos con sentimientos que tienen 


que ver con no sentirnos dignos de ser 


amados ...

Buenos días ...

Tengo...

Tengo para darte el miedo

de empezar otra vez,

y también tengo las dudas 

difíciles de vencer.

También tengo el encanto
de la vez primera,
las ilusiones volcadas
escritas en un papel
y el deseo de escribirlas en tu piel

Tengo la boca ávida de palabras,
la humedad intacta en los labios
para los tuyos que tiemblan
con solo mirarme a los ojos

Tengo las manos ligeras
para llenarte de caricias
que como alas, van a volar
por encima de tu espalda

Tengo la prolijidad y la delicadeza
del artesano para moldearte a mi antojo,
delineando desde tu ojos
hasta tus zonas más sensibles

Tengo para regalarte,
un sinfín de sensaciones
que no serán nuevas, pero 
serán las mías

Tengo, mucho tengo,
más solo espero el momento
en que todo lo que dije
cruzando mi puerta
vengas a buscar

Ahhh amor mío ...

A "golpes" he comprendido que es malo entregar por completo el

 alma ...

Seré un adios...

Voy a apagar las luces, cerraré los ojos,
enmudeceré los labios y me alejaré.
No voy a esperar que te vayas otra vez
seré la que cierre la historia, seré un adios.

Seguirás por tu parte con los vaivenes,
las indecisiones, las preguntas sin respuestas,
los cuestionamientos sin sentido que te alejan
y las dudas que lastiman lo que fue amor.

Seré lo que perdiste, serás lo que no tendré,
seremos el verbo amar en tiempo imperfecto
de un subjuntivo mal conjugado
donde el amará o el amaremos nos fue prohibido.

No seré una lágrima, tampoco una sonrisa,
no voy a decirte que me agrada este momento,
tampoco espero una palabra, se que no dirás nada,
intentas alejarte y sabrás porqué lo haces.

No voy a interponerme ni tampoco arrepentirme,
hoy te suelto la mano y dejo que te vayas,
voy a extrañarte, estoy segura, pero quiero que sepas
que ya no tengo nada que decirte.

A veces el alma calla, busca rincones oscuros en donde sepultar angustias y rencores, y no acierta a encontrarlos. El espacio está abierto pero el corazón desconoce, casi siempre, su existencia y no viaja hacia las nubes, se queda pegado a su soledad en la tierra. A veces el alma escucha sin entender la palabra, ahogada bajo el trepidar de las mentiras víctima de las cenizas del olvido. A veces el alma duerme ignorante de su suerte, fabricando desdichas y placeres ocultos en infantil deseo de vivencias. A veces el alma llora sin conocer el motivo, se agita en la indolencia de su vivir vacío, sus esperanzas rotas. A veces el alma se rompe en pedacitos, minúsculas partículas de hielo derretido, que suben hacia el cielo… atraviesan las nubes… y se esparcen, alegres, por la nada a jugar al escondite con las estrellas.

Una lágrima invoca tu nombre
acaricia tu recuerdo 
y se precipita en la almohada 
en un silente suicidio
mis labios besan tu nombre
un beso humedecido de tristeza
te atrapo en un suspiro
y eres mío un segundo
acaricio tu ausencia en el vacío de mis manos
deslizo la mirada en tu desnudez
me abismo entre tus piernas
y deletreo mi nombre en tu espalda
te abrazo con mis versos
sintácticamente eres mío
fonéticamente le perteneces a mis suspiros
semánticamente significas todo para mí
pragmáticamente no es posible
y deliro
sufro
y una lágrima se suicida en la almohada...

Tendré memoria celular para encontrarte por mil años más...

Anoche te esperé
te esperé tanto, que hasta creí que no vendrías,
pero al fin llegaste.
Apareciste con cierta timidez, como una princesa vergonzosa.
Inmensa y resplandeciente asomaste en el horizonte,
Sonreí al verte, iluminaste mi rostro,
viniste a verme a mi, te estaba esperando, 
te hiciste rogar, pero al fin llegaste
y ahí posaste para mi, solo para mi
estabas tan linda...
Te miré, te observé como nunca antes lo había hecho
y supe que esa noche saliste para mi, solo para mi.
Y por un instante mi soledad se esfumó y sentí 
que el amor llamaba a mi puerta...

Morir de amor 

es un dolor asumible...


Lo insoportable

es resucitar solo...